martes, 30 de abril de 2013

¡Qué importante es tener una buena educación!


Echando un rápido vistazo a la foto, la primera sensación es de felicidad, alegría y bastante familiar. Es probable que este fuese sólo un síntoma que experimentase en los primeros años de su vida. Según pasa el tiempo, la mala influencia de sus amigos, le empujará al lado oscuro de la vida, su faceta más tenebrosa. La droga se apodera de su mundo, le aleja de su padre. De ahí esta foto. Le añora, necesita su afecto. Gracias a esto, se dio cuenta de que le necesitaba en su vida, lo que desemboca en un cambio radical. Necesitaba a su padre e hizo todo lo que estaba en sus manos para recuperar su cariño. Cambió su actitud, se aplicó en sus estudios y sacó las mejores notas de la clase. Estuvo interna en un centro de desintoxicación. Abandonó esa vida que tanto daño le había causado, y poco a poco fue recuperando a lo que más quería: su familia, su padre.

  

Tiempo más tarde, a raíz de lo vivido, descubrió su vocación, para lo que había nacido: la enseñanza. No quería que le pasase al resto de niños lo que a ella le había sucedido, lo cual achacó a un problema de educación. A día de hoy, es una chica fascinante, un modelo a seguir, un ejemplo para la sociedad, envidiada por su calidad humana, con un corazón lleno de amor y ternura, plagado de buenas intenciones. En definitiva, consiguió ser quien es gracias al reencuentro emocional con su padre.

domingo, 28 de abril de 2013

Así SÍ

Mi profesor ideal es aquel que es capaz de captar mi atención sin necesidad de recordármelo, es aquel que me transmite las cosas de una manera clara, que en caso de yo no comprender algo es capaz de encontrar una alternativa. Ese profesor debe disfrutar con lo que enseña, puesto que el alumno es capaz de percibir estos pequeños detalles, cuando el profesor verdaderamente disfruta dando una clase, compartiendo sus conocimientos. No es necesario que sea demasiado innovador, pero tampoco que sea de la vieja escuela. Si algo necesita la educación es un nuevo enfoque, y creo que el profesor perfecto debe poseer esta habilidad. 

¡Yo también quiero estrellarme!(averigua el truco para leerlo...)

Tras el aparatoso accidente, el malherido piloto consiguió abandonar la destruida cabina en la que se había despertado. Miró a su caótico alrededor y lo único que vio fue el largo camino que el accidentado avión había dibujado. Sintió que le fallaban sus temblorosas piernas, un frío sudor recorría su cuerpo y una extraña sensación se apoderó de su maltrecho cuerpo, cuando de repente, se desvaneció, tele-transportándose a un hermoso lugar en el que nunca había estado antes. Estaba plagado de coloridas flores, se divisaban a lo lejos un par de majestuosos ciervos con sus voluminosas cornamentas. Comenzó a caminar por ese nuevo paraje cuando se topó con un caudaloso río que le impedía continuar, así que decidió dar media vuelta y proseguir su curiosa marcha en dirección opuesta. Tras un largo rato, se topó con un frondoso bosque repleto de árboles frutales que rebosaban de apetitosas manzanas y peras. Se adentró un poco para ver qué le deparaba ese desconocido lugar. Mientras avanzaba, miraba arriba y abajo, a la izquierda y a la derecha. Exóticas especies por doquier. Ese sitio era fascinante.

domingo, 21 de abril de 2013

¡Pues no estaba tan mal la vida!



Pronto serían las doce en punto, ¿qué más daba salir más temprano?, después de todo, siempre estaba negro sin nada de luz. Miró hacia un costado y se dio cuenta de lo mucho que había cambiado el sitio. Qué extraño, no se había cerciorado. 
Caminé hacia un pequeño túnel. No es que realmente fuese uno, pero estaba tan oscuro el lugar que opté por llamarle así y desde lejos pude vislumbrar un pequeño rayo de sol. - Ja, este túnel está roto – ironicé siguiendo la luz. Cada vez que me encaminaba en algo me era imposible parar, debía descubrir aquella hendidura o como pudiese llamarse. En una esquina, una escalera que se notaba endeble se hacía ver, sin embargo subí por ella, llegando a un sitio muy distinto al que conocía. No es que estuviese en un túnel negro o un mundo oscuro, simplemente no me había cerciorado de que dentro de mis memorias negras todavía existía la luz. Me tiré al suelo mirando hacia el fin - La vida no es tan mala ¿verdad? – le dije a las nubes – lástima que no me di cuenta antes. Sin embargo mi hora había llegado, y yo lo sabia hacía mucho tiempo, y entonces, cerré levemente los ojos y me desvanecí mirando el último claro del día, suspiré y me despedí de la vida. 

Qué y cómo enseñar a leer



Los alumnos a menudo presentan problemas de interpretación de los textos que leen, no existiendo en ningún caso interacción con ellos, ya que no son capaces de entender lo que quieren decir. Se centran en extraer datos fácilmente localizables en las lecturas, mientras que no prestan atención al mensaje que pretende transmitir, que muestra una verdadera comprensión del mismo. A esta incapacidad hay que añadirle la dificultad que presentan de por sí los textos, que muchas veces implican cierta subjetividad por parte del lector, y cuyo significado por lo tanto, varía en función de quien lo lea. Además, los métodos empleados para desarrollar estas carencias, en ningún caso son suficientes para solventar el problema. Por lo tanto, para sobreponerse a esta situación tan común, es necesario proveer a los alumnos de variedad de textos, fomentar la búsqueda de relaciones causales o evitar preguntas que puedan ser respondidas extrayendo directamente el fragmento del texto. 

viernes, 5 de abril de 2013

Había una vez un joven que estaba muy celoso de una muchacha de carácter inconstante.

Un día le dijo:
-Tus ojos miran a todo el mundo.
Entonces, le arrancó los ojos.
Después le dijo:
-Con tus manos puedes hacer gestos de invitación.
Y le cortó las manos.
“Todavía puede hablar con otros”, pensó. Y le arrancó de cuajo la lengua.
Luego, para impedirle sonreír a los eventuales admiradores, le arrancó todos los dientes.
Por último, le cortó las piernas. “De este modo -se dijo- estaré más tranquilo”.
Solamente entonces pudo dejar sin vigilancia a la joven muchacha que amaba. “Ella es fea -pensaba-, pero al menos será mía hasta la muerte”.
Un día volvió a la casa y no encontró a la muchacha: había desaparecido, retenida en contra de su voluntad por un exhibidor de fenómenos.